Tiene un estadio para 18.000 personas y juega el Torneo del Interior. Algo extraño, muy extraño. Un simple dato puede resumir la grandeza de una institución que mueve multitudes en General Pico y que en estos momentos no le queda otra más que ser uno más de los 253 equipos que conforman la categoría. Nunca nadie de su provincia llegó tan alto, y por el momento no asoma un candidato que pueda arrebatarle la marca de Ferro Carril Oeste, un club que vivió sus mejores días futbolísticos en los ’80, cuando arrasaba en la Liga Pampeana y coronó la década participando en el Nacional ‘84, y años después, del naciente y novedoso Nacional B.Cuando un grupo entusiasta de jóvenes decidió reunirse y darle forma a un sueño deportivo que estaba de moda en la época, precisamente el 24 de junio de 1934, en General Pico ya existía una liga formada, con Racing de Castex e Independiente como principales dominadores. Al principio, fue el Club Sportivo Contanero, que poco tiempo después pasó a denominarse Ferro Carril Oeste, o simplemente Ferro, por su vínculo directo con la línea ferroviaria del mismo nombre. En 1941 anotó por primera vez su nombre en la lista de campeones en la Liga Pampeana, y siete años más tarde repitió lo que por entonces era considerada una hazaña.
De a poco, fue ganando terreno y popularidad en la segunda ciudad pampeana, fundamentalmente a partir de los éxitos cosechados a fines de los ’70 y en la década siguiente, en su totalidad. Junto a Costa Brava prácticamente generaron un monopolio deportivo por aquellos días, pero el “Verde” fue el que se quedó con el pedazo de torta más grande: en 1984 se convirtió en el primer y único equipo de la ciudad en jugar un Nacional, y el segundo de su provincia, después de Atlético Santa Rosa, de una efímera participación el año anterior.
Tanta expectativa y tanto entusiasmo para algo que duró apenas seis partidos. En General Pico tiraron la casa por la ventana al construir en tiempo y forma un estadio para 18.000 espectadores, además de las contrataciones de jugadores de la talla de Jorge Ribolzi y Oscar Peracca, mas la del entrenador Jorge Ginarte, quien ascendió en el 2000 a Primera con Los Andes (hoy trabaja en Sarmiento de Junín). A pesar de no haber conseguido resultados destacados, fueron valiosos los empates en casa ante Boca Juniors y Newell’s Old Boys (completó la zona Talleres de Córdoba). El campeón de ese torneo fue su homónimo de Buenos Aires.
La vida –y el fútbol, sobre todo- da revancha y Ferro la tuvo pronto, a los dos años, cuando consiguió el pasaporte para jugar el primer Nacional B. Allí se mantuvo dos años. En el primero finalizó 15º, con buenos partidos de local y apenas dos triunfos fuera de casa; los destacados fueron los delanteros Rubén Fernández, Elbio Paiva y Delfor Vasilchik, que entre los tres sumaron 24 goles. Al año siguiente, la historia fue tan distinta que terminó perdiendo la categoría, al finalizar penúltimo, sólo por delante de Gimnasia de Jujuy.
Algunos todavía tienen la esperanza de recuperarse y volver a palpar aquellas épocas. Pero después de haber abandonado la segunda división todo se hizo cuesta arriba. Se reencontró con un título local recién en 1992, luego repitió en el ’95, 2003 y 2005. Dijo presente esporádicamente en algunas ediciones del Argentino B, y más cerca de los días que corren, en el Argentino C. A partir del 20 de enero lucharán nuevamente contra la amnesia para recordar el camino de los éxitos.
Nombre completo: Club Ferro Carril Oeste
Fecha de fundación: 24 de junio de 1934
Estadio: El Coloso de Talleres. Calle 102 nº701, General Pico (La Pampa)
Camiseta: Verde con vivos blancos.
De a poco, fue ganando terreno y popularidad en la segunda ciudad pampeana, fundamentalmente a partir de los éxitos cosechados a fines de los ’70 y en la década siguiente, en su totalidad. Junto a Costa Brava prácticamente generaron un monopolio deportivo por aquellos días, pero el “Verde” fue el que se quedó con el pedazo de torta más grande: en 1984 se convirtió en el primer y único equipo de la ciudad en jugar un Nacional, y el segundo de su provincia, después de Atlético Santa Rosa, de una efímera participación el año anterior.
Tanta expectativa y tanto entusiasmo para algo que duró apenas seis partidos. En General Pico tiraron la casa por la ventana al construir en tiempo y forma un estadio para 18.000 espectadores, además de las contrataciones de jugadores de la talla de Jorge Ribolzi y Oscar Peracca, mas la del entrenador Jorge Ginarte, quien ascendió en el 2000 a Primera con Los Andes (hoy trabaja en Sarmiento de Junín). A pesar de no haber conseguido resultados destacados, fueron valiosos los empates en casa ante Boca Juniors y Newell’s Old Boys (completó la zona Talleres de Córdoba). El campeón de ese torneo fue su homónimo de Buenos Aires.
La vida –y el fútbol, sobre todo- da revancha y Ferro la tuvo pronto, a los dos años, cuando consiguió el pasaporte para jugar el primer Nacional B. Allí se mantuvo dos años. En el primero finalizó 15º, con buenos partidos de local y apenas dos triunfos fuera de casa; los destacados fueron los delanteros Rubén Fernández, Elbio Paiva y Delfor Vasilchik, que entre los tres sumaron 24 goles. Al año siguiente, la historia fue tan distinta que terminó perdiendo la categoría, al finalizar penúltimo, sólo por delante de Gimnasia de Jujuy.
Algunos todavía tienen la esperanza de recuperarse y volver a palpar aquellas épocas. Pero después de haber abandonado la segunda división todo se hizo cuesta arriba. Se reencontró con un título local recién en 1992, luego repitió en el ’95, 2003 y 2005. Dijo presente esporádicamente en algunas ediciones del Argentino B, y más cerca de los días que corren, en el Argentino C. A partir del 20 de enero lucharán nuevamente contra la amnesia para recordar el camino de los éxitos.
Nombre completo: Club Ferro Carril Oeste
Fecha de fundación: 24 de junio de 1934
Estadio: El Coloso de Talleres. Calle 102 nº701, General Pico (La Pampa)
Camiseta: Verde con vivos blancos.
Fotos: www.soydeferro.com.ar
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